Por Martín Alvarez
Se termina un nuevo año futbolístico y nos deja un balance más que positivo en todo sentido. Se llegó a una final y se perdió con, sin lugar a dudas, el mejor equipo de la liga dejando muy buena impresión, sobre todo la de los jugadores que nunca dieron por perdida la serie.
Desde principio de año se vio a muchos jóvenes trabajando con dedicación y esfuerzo para que se haga fútbol y eso es más que valorable. El balance de los dos campeonatos es muy bueno, en el primero se perdió en cuartos de final y en el segundo se arribó a una final.
Argentino demostró la clase de club que es, sobre todo en la imagen que me quedó del domingo, cuando los jugadores de Bell dieron su merecida vuelta olímpica aplaudidos por toda la parcialidad local, cosa que se ve muy poco por estos lados y que se debería imitar, desde ya, porque ese es el verdadero fútbol.
A todos nos duele perder una final, sobre todo con las ilusiones que uno se hace, pero el domingo creo que todos los que amamos a Argentino nos fuimos con la cabeza bien alta, orgullosos de los jugadores, del cuerpo técnico y de los dirigentes, que pusieron a Argentino nuevamente bien arriba, donde merece estar siempre.
Desde este lugar propongo que el año que viene volvamos a trabajar todos juntos para seguir llevando a Argentino bien arriba, como somos nosotros, una familia unida por los colores rojo y blanco, dando siempre el ejemplo dentro y fuera de la cancha.
A pesar de estar triste, hay algo que me recompone enseguida, es el orgullo que tengo de ser de Argentino y sé que ese sentimiento lo tenemos todos.
Muchas gracias a todos, a los jugadores que pasaron en todo el año y demostraron estar a la altura en todo momento, a los cuerpos técnicos que trabajaron muy duro siempre, a los dirigentes que hacen un gran esfuerzo, a los hinchas que apoyaron domingo a domingo y a todos lo que hacen posible esto.
Brindemos por este 2012 y por un 2013 mejor. Gracias Argentino por tantas alegrías!
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